Gerardo Couto arribó a la SCPL en noviembre del año 2000, cuando la institución estaba comenzando la obra de instalación de los Molinos Gamesa en el Cerro Arenal. “No tenían ninguna persona destinada al área de ingeniería civil, con lo cual fui contratado con esa finalidad para inspeccionar los trabajos que se iban a realizar. Luego fui migrando de un sector a otro. Durante una época trabajé en el área de Servicios Técnicos y Nuevos Proyectos, después me cedieron a préstamos y me fui al Municipio de Comodoro Rivadavia como secretario de Infraestructura. Posteriormente, me designaron en el Gobierno Provincial como subsecretario de Servicios Públicos y al cabo de otros tres años retorné mis labores en la institución en 2014, siempre vinculado a las obras civiles”, recordó.

Si bien la SCPL es una institución muy grande, el personal del sector de acueductos y acuíferos están bastante alejados de las bases operativas de la ciudad. Al respecto, Couto se refirió a la labor que desempeña el personal. “Las tareas son múltiples. El acueducto inicia su actividad desde el Lago Musters, donde se toma el agua y se impulsa hasta la ciudad de Sarmiento. En la ciudad de Sarmiento se potabiliza, se trata y se entrega lista para el consumo. Desde la localidad de Sarmiento se bombea pasando por distintas estaciones de bombeo Cerro Negro, Valle Hermoso y Cerro Dragón, hasta que finalmente por gravedad, desde Pampa del Castillo llega hasta los tanques en la ciudad de Comodoro Rivadavia, en la reserva de Cerro Arenal y de Puesto La Mata. Desde aquí se distribuye a las otras ciudades, a Comodoro Rivadavia, a Rada Tilly y Caleta Olivia. El recurso humano se divide en dos grupos bien diferenciados uno que está abocado a todo el tramo, desde la toma hasta la estación de bombeo de Cerro Dragón, que es todo el equipo de trabajo que está en Sarmiento y otro equipo que está radicado en Puesto La Mata. Es un trabajo en conjunto donde hay un ida y vuelta, donde el compañerismo es clave”, remarcó el gerente. 

En el caso de acuíferos, “el área es muy amplia porque abarca todo el cinturón de agua subterránea que rodea a Comodoro Rivadavia y estamos hablando de muchos kilómetros de recorrido. Pero, básicamente las tareas son bastante parecidas en cuanto al mantenimiento, pero de distintas características”, agregó. 

Respecto a todo lo que se teje alrededor del funcionamiento del acueducto, Couto indicó que “estamos pasando un gran momento de tranquilidad estos últimos meses en cuanto a roturas. Lo que pasa es que cuando hay repercusiones negativas en el acueducto, todos nos acordamos. El trabajo que se realiza no tiene descanso, es muy sacrificado, no hay pausas cuando se rompen las cañerías, son 24 o 36 horas continuas en distintos turnos. Es casi un compromiso personal que tenemos todos, de no dejar a la ciudad desabastecida y sin servicio de agua. No solamente es lograr que el acueducto quede reparado y que llegue el agua a los domicilios, sino que luego hay que esperar un tiempo prudencial hasta que las reservas se vuelvan a ordenar, que el caño retome su presión y se pueda iniciar la distribución en las demás ciudades”.

El espíritu cooperativista está presente en cada servicio, en cada uno de los agentes. “He acompañado a los equipos de trabajo en distintas reparaciones y es visible el esfuerzo que le ponen para trabajar de noche, con nieve, con temperaturas bajo cero y siempre prevalece el mejor de los ánimos a pesar de dormir pocas horas”, valoró el referente del servicio. 

En el marco de los 90 años de la institución, Couto aprovechó para dejar su reflexión personal. “La SCPL es la institución que me cobija desde los últimos 25 años de mi vida. Trato de desempeñarme de la manera más correcta posible y con la mayor honestidad profesional. Me siento muy cómodo, tengo grandes compañeros de trabajo y amigos de la vida, porque ya después de un par de décadas, uno conforma una familia con algunas personas”, finalizó.